Si algo tiene de meritorio este San Lorenzo, es justamente haber sido "un equipo". Porque no hubo grandes figuras, pero al mismo tiempo, figuras fueron todos. Porque cuando esperábamos que destacara un jugador, y no sucedía, aparecía otro que brillaba tanto o más todavía.
Todas las líneas destacaron en su juego en una u otra oportunidad, el arco, la defensa, el mediocampo, la delantera. Cada partido tuvo su característica especial, y quién o quienes tuvieron que responder lo hicieron de un modo excepcional.
Una suma de individualidades que dieron forma a un plantel extraordinario

Llegó en diciembre, después de un tiempo más que considerable sin dirigir en nuestro país.
Los nombres que sonaban para ese entonces eran varios y el de Ramón fue sorpresa sin duda.
Seguramente quienes no lo querían en ese entonces, ahora se estarán arrepintiendo y agradeciendo que no los hayan escuchado en aquel momento. Muchos dirigentes y muchos hinchas dudaban seriamente de "el pelado". Incluso hubo atisbos de impaciencia cuando el equipo no aparecía en aquél primer torneo de verano que lo tuvo como conductor.
Todavía se pueden encontrar en la web los posts de aquella época en donde muchos hinchas hablaban de él como un técnico que sin figuras no iba a poder, o de aquél a quién el equipo se lo armaba un jugador.
Muchos hinchas de River también. Muchos de aquellos que hoy nos dicen "je, viste Ramón" y que años atrás eran los mismos que dudaban de su capacidad como técnico, atribuyéndole buena parte de sus méritos a los jugadores o a los dirigentes.

Pero el tiempo clarifica todo y aquí está la prueba.
Un equipo que no tenía alma, no tenía orden, no tenía ganas. Seis meses después consigue un campeonato, mostrándose aguerrido, confiado, decidido, lejos de aquel que había sido.
¿Qué había cambiado?
Su conductor.

Sí, el técnico que además acertó con los muy pocos refuerzos que trajo. Fue a buscar a un Gastón Fernández que no tenía lugar en River y que terminó siendo figura, puso la mira en un Cristian Ledesma que terminó siendo decisivo en el andamiaje del equipo.
Les dió confianza a quienes no la tenían y convirtió en figuras a jugadores que habían sido denostados por los hinchas hasta hacía poco tiempo atrás.
De a poco se fue metiendo a la hinchada en el bolsillo. A fuerza no sólo de resultados, sino también con el modo de comunicarse, directo, franco, confiado.
Nos ganó a fuerza de ser con todas las letras el Director Técnico de este equipo.
Hoy además de hinchas agradecidos, nos encuentra como hinchas enfervorizados con "nuestra" nueva figura, Ramón.
No sólo para decirle gracias, sino también para pedirle que siga al frente de este equipo para buscar aquellos logros que todavía tenemos pendientes.

¡¡¡Gracias Ramón!!!

Como siempre, no importa si el equipo anda bien o anda mal, La Gloriosa siempre está.
Esta vez siguiendo al campeón a todos lados, acompañando a este equipo que se hizo de abajo, empujándolo para ir de menor a mayor. Bancándolo en los pocos traspiés que tuvo.
Bancando a jugadores y técnicos, alentando y mirando con esperanzas cómo el título se iba acercando.
Por décima vez La Gloriosa festeja un campeonato local, del que sin ninguna duda fue parte imprescindible también.